Gordita Cachonda: Masturbación Salvaje Soñando con 4 Pollas Duras
Ana, la gordita con curvas que desbordaban carne blanda, se tiró en la cama hecha un asco, sudando ya de puro vicio. Sus tetazas enormes, con pezones duros como piedras, rebotaban mientras se metía la mano bajo la falda sucia, palpando su coño gordo y empapado, chorreando jugos pegajosos por los muslos gruesos. "Joder, venid, putos", masculló, frotando el clítoris hinchado como una puta en celo, imaginando a los cuatro cabrones irrumpiendo para reventarla. El moreno fornido le arrancó la blusa de un tirón, clavándole los dientes en las ubres lechosas, chupando y mordiendo hasta que leche materna falsa le goteaba de las tetas. "¡Métemela ya, hijo de puta!", gimió Ana, hundiéndole tres dedos gordos en el chocho resbaladizo, follándose a sí misma con saña, el squelch húmedo llenando la habitación. El rubio bestia le escupió en la raja abierta, abriéndole las piernas rollizas como a una cerda, y le clavó su polla venosa hasta el fondo, rompiéndole el útero con embesti...